martes, 20 de mayo de 2014

¿Tu hijo es Hiperactivo o Inquieto?


Los niños y niñas inquietos, son muy nerviosos, no paran de moverse, tienen mucha energía y tienen que sacar esa energía en forma de acción. El pequeño está constantemente en movimiento, juega, está en actividad constante, rompe cosas, y pone de los nervios a los adultos que le rodean. Esto hace que normalmente las situaciones acaben en conflicto.

Según algunos estudios, el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) es el trastorno psiquiátrico llega a afectar hasta a un 5% de los niños en nuestro país. Éstos se distraen con gran facilidad, impulsivos, tienen exceso de actividad motora, y por tanto son inquietos. Es decir, un niño hiperactivo es inquieto pero un niño inquieto no es hiperactivo.

En los últimos años se tiende rápidamente a detectar este trastornos en niños y desde muy temprana edad comienzan a tomar altas dosis de medicamentos, los cuales no son beneficiosos para un cuerpo en desarrollo y crecimiento.

Es normal que los pequeños muestren vitalidad y sean activos, no debemos preocuparnos demasiado por ello, pero al mismo tiempo es fundamental que desarrollen hábitos adecuados y sanos para emplear esa energía de forma productiva.

Estos niños tienen mucha tensión, y necesitan canalizarla de alguna forma Es importante que aprendan a canalizar esa tensión y sacarla con otras manifestaciones de conducta más adecuadas y productivas.

¿Cómo tratar a tus hijos cuando están inquietos? Algunas claves son:  

1.      Favorece el hábito de estar quietos y tranquilos un rato:
Busca actividades tranquilas y agradables e interesantes para el niño o niña, puede ser la lectura de un cuento, un juego de mesa, etc.

2.      Ayúdale a que canalice su energía de forma positiva:
Busca alguna actividad con la que pueda descargar su tensión. Si pretendemos que el pequeño este en casa toda la tarde viendo la tele, no descargara esa tensión. Practica algún deporte con él: bicicleta, ir al parque o cualquiera que le guste.

3.      Ayúdale a relajarse con un clima tranquilo y relajado en casa:
Si el clima es tenso, el pequeño vivirá un ambiente de tensión y estará nervioso, al igual que él contagia los nervios a nosotros.

4.      Refuerza al pequeño cuando esté calmado:
Cuando el niño o niña este calmado, reforzaremos esta conducta prestándole atención, verbalizando lo contentos que estamos por ello. Por lo contrario no refuerces la conducta cuando esté nervioso.

5.      Anímale a que termine las actividades que realiza:
Los pequeños tienden a no parar y a cambiar de actividad constantemente. Es importante que le animemos a finalizar las actividades, como una rutina.



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