Los niños y niñas inquietos, son muy nerviosos, no
paran de moverse, tienen mucha energía y tienen que sacar esa energía en forma
de acción. El pequeño está constantemente en movimiento, juega, está en
actividad constante, rompe cosas, y pone de los nervios a los adultos que le
rodean. Esto hace que normalmente las situaciones acaben en conflicto.
Según algunos estudios, el TDAH (trastorno por
déficit de atención e hiperactividad) es el trastorno psiquiátrico llega a
afectar hasta a un 5% de los niños en nuestro país. Éstos se distraen con gran
facilidad, impulsivos, tienen exceso de actividad motora, y por tanto son
inquietos. Es decir, un niño hiperactivo es inquieto pero un niño inquieto no
es hiperactivo.
En los últimos años se tiende rápidamente a detectar
este trastornos en niños y desde muy temprana edad comienzan a tomar altas
dosis de medicamentos, los cuales no son beneficiosos para un cuerpo en
desarrollo y crecimiento.
Es normal que los pequeños muestren vitalidad y sean
activos, no debemos preocuparnos demasiado por ello, pero al mismo tiempo es
fundamental que desarrollen hábitos adecuados y sanos para emplear esa energía
de forma productiva.
Estos niños tienen mucha tensión, y necesitan
canalizarla de alguna forma Es importante que aprendan a canalizar esa tensión
y sacarla con otras manifestaciones de conducta más adecuadas y productivas.
¿Cómo tratar a tus hijos cuando están inquietos? Algunas
claves son:
1. Favorece el hábito de estar quietos
y tranquilos un rato:
Busca actividades tranquilas y agradables e interesantes para el niño o niña, puede ser la lectura de un cuento, un juego de mesa, etc.
Busca actividades tranquilas y agradables e interesantes para el niño o niña, puede ser la lectura de un cuento, un juego de mesa, etc.
2.
Ayúdale
a que canalice su energía de forma positiva:
Busca alguna actividad con la que
pueda descargar su tensión. Si pretendemos que el pequeño este en casa toda la
tarde viendo la tele, no descargara esa tensión. Practica algún deporte con él:
bicicleta, ir al parque o cualquiera que le guste.
3.
Ayúdale
a relajarse con un clima tranquilo y relajado en casa:
Si el clima es tenso, el pequeño
vivirá un ambiente de tensión y estará nervioso, al igual que él contagia los
nervios a nosotros.
4. Refuerza al pequeño cuando esté
calmado:
Cuando el niño o niña este calmado, reforzaremos esta conducta prestándole atención, verbalizando lo contentos que estamos por ello. Por lo contrario no refuerces la conducta cuando esté nervioso.
Cuando el niño o niña este calmado, reforzaremos esta conducta prestándole atención, verbalizando lo contentos que estamos por ello. Por lo contrario no refuerces la conducta cuando esté nervioso.
5.
Anímale
a que termine las actividades que realiza:
Los pequeños tienden a no parar y a
cambiar de actividad constantemente. Es importante que le animemos a finalizar
las actividades, como una rutina.
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