El Síndrome de Down es una anomalía en los cromosomas que ocurre en 1,3 de cada 1.000 nacimientos. Por motivos que aún se desconocen, se produce un error en el desarrollo del óvulo fecundado que lleva a que se formen 47 cromosomas en lugar de los 46 que se desarrollan habitualmente. El material genético en exceso cambia levemente el desarrollo regular del cuerpo y del cerebro del bebé.
El síndrome de Down es uno de los defectos genéticos de nacimiento más común. Afecta a todas las etnias, y no existe aún una cura ni tampoco es posible prevenirlo.
Características de los niños con Síndrome de Down
Los niños con Síndrome de Down presentan una gran variedad de personalidades, estilos de aprendizaje, niveles de inteligencia, apariencias y sentido del humor. Por otra parte, el síndrome confiere a los niños una apariencia física particular que se caracteriza por ojos almendrados y orejas pequeñas y ligeramente dobladas en la parte superior.
Suelen tener la boca y los labios más pequeñas, lo que hace que la lengua parezca más grande. La nariz también puede ser pequeña y hundida en el entrecejo. Algunos bebés con Síndrome de Down tienen el cuello corto y las manos pequeñas con los dedos cortos. En general, los niños con este síndrome son niños muy cariñosos y con una inteligencia emocional excepcional.
Problemas de salud de los niños con Síndrome de Down
Entre el 30 y el 50 por ciento de los bebés con Síndrome de Down tienen defectos cardíacos. Algunas de estas cardiopatías congénitas son de poca importancia y pueden ser tratados con medicamentos, pero hay otras para los que se requiere cirugía. Todos los bebés con Síndrome de Down deben ser examinados por un cardiólogo pediátrico, un médico que se especializa en las enfermedades del corazón de los niños, y ser sometidos a un ecocardiograma durante los 2 primeros meses de vida para permitir el tratamiento de cualquier defecto cardíaco que puedan tener. Entre el 10 y el 12 por ciento de los bebés con este síndrome nacen con malformaciones intestinales, que requieren ser corregidos quirúrgicamente.
Más del 50 por ciento de los niños con Síndrome de Down nacen con alguna deficiencia visual o audtiva. Entre los problemas visuales más comunes se encuentran el estrabismo, la miopía, la hipermetropía y las cataratas. La mayoría de los casos pueden ser tratados con gafas, con cirguía o mediante otros métodos. Se debe consultar a un oftalmólogo pediátrico durante el primer año de vida del niño. Los niños pueden tener, además, deficiencias auditivas por causa de la presencia de un líquido en el oído medio, de un defecto nervioso o de ambas cosas. Por eso, todos los niños con Síndrome de Down deben ser sometidos a exámenes de visión y audición de forma regular para permitir el tratamiento y evitar problemas en el desarrollo del habla y de otras destrezas. Estos niños suelen tener, además, mayores probabilidades de sufrir problemas de tiroides y leucemia. También tienden a resfriarse mucho y a contraer bronquitis y neumonía. Es por esta razón que estos niños deben recibir cuidados médicos de una manera más regular que cualquier otro niño, incluyendo vacunas desde la niñez.
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